HABLEMOS DE LA BIBLIA, CON IRIT GREEN - Oración de David. Señor, dígnate escucharme, porque estoy muy triste y pobre; protégeme, pues te soy fiel. Tú eres mi Dios; ¡salva a este siervo tuyo que en ti confía! Señor, ten compasión de mí, que a ti clamo a todas horas. Señor, alegra el ánimo de este siervo tuyo, pues a ti dirijo mi oración. Porque tú, Señor, eres bueno y perdonas; eres todo amor con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, ¡atiende mi plegaria! En mi angustia clamo a ti, porque tú me respondes. ¡No hay dios comparable a ti, Señor! ¡No hay nada que iguale a tus obras! Oh Señor, tú has formado a todas las naciones, y ellas vendrán a ti para adorarte y para glorificar tu nombre. Porque sólo tú eres Dios; ¡tú eres grande y haces maravillas! Oh Señor, enséñame tu camino, para que yo lo siga fielmente. Haz que mi corazón honre tu nombre. Mi Señor y Dios, te alabaré con todo el corazón y glorificaré siempre tu nombre. ¡Inmenso es tu amor por mí! ¡Me has librado de caer en el sepulcro! Oh Dios, una banda de insolentes y violentos, que no te tienen presente, se han puesto en contra mía y quieren matarme. Pero tú, Señor, eres Dios tierno y compasivo, paciente, todo amor y verdad. Mírame, ¡ten compasión de mí! ¡Salva a este siervo tuyo! ¡Dale tu fuerza! Dame una clara prueba de tu bondad, y que al verla se avergüencen los que me odian. ¡Tú, Señor, me das ayuda y consuelo!
EL BUEN NOMBRE, CON ALEJANDRO RUBINSTEIN - La actual entrega es singular ya que no gira en torno a nombres de las Escrituras, sino...
HUELLAS - Huellas es el espacio de Radio Sefarad, en el que tratamos de rastrear la posible herencia judía de aquellos de nuestros oyentes...
UNA MIRADA A LA HISTORIA - En esta ocasión recurrimos a la responsable de nuestra sección de historia judía, Alicia Benmergui, con ocasión de...