HABLEMOS DE LA BIBLIA, CON IRIT GREEN - El libro de los Proverbios, y el del Cantar de los Cantares citan el aloe como perfume principal, producto de un árbol de cuya madera, en cierta etapa de decadencia, se obtenía un perfume muy peculiar. Perfumes, medicinas y venenos anduvieron en el mundo antiguo muy a la zaga. También en el ámbito bíblico, donde la amapola silvestre, o mererah, y rosh, son voces hebreas alusivas a una planta amarga afín al ajenjo que crece en los surcos del campo: eso cuenta Oseas profeta en su libro; quieren algunos que el término equivalga a ‘amargura’: de hecho ha sido identificada esta planta con la cicuta: en hebreo llamada rosh con el valor semántico de ‘amargor’ y es planta umbelífera de la que se deriva un alcaloide venenoso. Venenos, perfumes, remedios médicos, elixires: todo podía suministrarlo la flora.
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