HABLEMOS DE LA BIBLIA, CON IRIT GREEN - Del maestro de coro. Salmo de David después que el profeta Natán lo reprendió por haber cometido adulterio con Betsabé. Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí; por tu gran ternura, borra mis culpas. ¡Lávame de mi maldad! ¡Límpiame de mi pecado! Reconozco que he sido rebelde; mi pecado no se borra de mi mente. Contra ti he pecado, y sólo contra ti, haciendo lo malo, lo que tú condenas. Por eso tu sentencia es justa; irreprochable tu juicio. En verdad, soy malo desde que nací; soy pecador desde el seno de mi madre. En verdad, tú amas al corazón sincero, y en lo íntimo me has dado sabiduría. Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve. Lléname de gozo y alegría; alégrame de nuevo, aunque me has quebrantado. Aleja de tu vista mis pecados y borra todas mis maldades. Oh Dios, ¡pon en mí un corazón limpio!, ¡dame un espíritu nuevo y fiel! No me apartes de tu presencia ni me quites tu santo espíritu. Hazme sentir de nuevo el gozo de tu salvación; sosténme con tu espíritu generoso, para que yo enseñe a los rebeldes tus caminos y los pecadores se vuelvan a ti. Líbrame de cometer homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación, y anunciaré con cantos que tú eres justo. Señor, abre mis labios, y con mis labios te cantaré alabanzas. Pues tú no quieres ofrendas ni holocaustos; yo te los daría, pero no es lo que te agrada. Las ofrendas a Dios son un espíritu dolido; ¡tú no desprecias, oh Dios, un corazón hecho pedazos! Haz bien a Sión, por tu buena voluntad; vuelve a levantar los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás los sacrificios requeridos, las ofrendas y los holocaustos; entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.
HABLEMOS DE LA BIBLIA, CON IRIT GREEN - Salmo 114 Cuando Israel, el pueblo de Jacob, salió de Egipto, de un pueblo extraño, Judá...
LAS EDADES DEL TOTALITARISMO, CON RICARDO LÓPEZ GÖTTIG - La perestroika (en ruso, reestructuración) es el nombre de la reforma económica diseñada por Gorbachov...
HABLEMOS DE LA BIBLIA, CON IRIT GREEN - Salmo 116 Amé al Eterno porque ha escuchado mis súplicas, porque me ha prestado atención. ¡Toda...